Se retiro un grande: Mauro Changa Valencia

Se retiro un grande: Mauro Changa Valencia

«Voy a quedarme un poco acá, cuidarte siempre a vos en la derrota. Hasta el final, el final». Tenía todas las intenciones de arrancar de otra manera, ponderando el título del Club Alemán en la despedida de su gran ídolo, pero justo, el reproductor de la compu larga en sus parlantes este temazo de El Mató a un policía motorizado y bienvenido desorden.

No hay frase que le caiga más perfecta a Mauro Valencia en su last dance vestido de jugador. O quizás sí, pero a mí me gusta ésta, porque ese Changa que se va en modo ícono del hockey sobre césped no fue el mismo que empezó allá lejos y hace tiempo, cuando usaba cubata y corría en una cancha de polvo de ladrillos.

Cuando Mauro Valencia dio sus primeros pasos en el amor de su vida, el Club Alemán no ganaba ni en los entrenamientos. Le tocó la fulera, a él y a su banda: los Coria, los Sedano, los Ponce, los Lucentini, los Rodríguez, los Ojeda. La ñata contra el vidrio, mientras las copas eran propiedad de vitrinas ajenas. No había festejos de campeón en ese quincho, porque esa palabra no les pertenecía.

Se cuidaron en la mala, espalda contra espada, hasta el final. Hubo un quiebre, algo pasó en esos chicos que entendieron que no bastaba con chapear en los cumpleaños de 15 en la Casa del Fundador, sino que tenían con qué dar la cara adentro de una carpeta. Mariano Caicedo y la vieja guardia ejercieron de guía para estos ya no tan pibes que volvieron al futuro para no irse nunca más.

Y empezaron a ganar, para no dejar de hacerlo nunca. Un torneo local, un Vendimia, una final del año…una Liga Nacional. Mauro Valencia ejerció de guía para forjar casi dos décadas de éxito permanente, con un club que borró la posibilidad del primer puesto. Changa se fue y volvió, aunque en realidad nunca dejó de estar.

Desde hoy, la 8 ya es símbolo de infinito y la cinta de capitán es herencia de los que vienen abajo: Lucho y Toti Coria, Carli Nicito, Gudi, Lucas Pérez, Lauti Córdoba. Esos que mamaron estirpe ganador y tienen la repisa de la pieza repleta de trofeos. Para Changa es momento de quedarse un poco acá, hasta el final, para siempre.

Por: Amadeo Inzirillo

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