¡Myra a Rognoni!

¡Myra a Rognoni!

“Después de tres operaciones de rodilla no podía subir las escaleras de casa, así que cerré la etapa como jugadora y busqué una salida vinculada al hockey, lo que hice toda mi vida. Me gusta más jugar, pero aprendo cosas nuevas y además cobro algo de plata”, le cuenta Cecilia Rognoni a Olé desde Holanda. En ese país vive una una de las históricas de Las Leonas a los 37 años junto con su marido Dan, su hija Nina y su hijo Max. También da sus primeros pasos como entrenadora trabajando de asistente en el equipo masculino del Myra que juega en la B.

-¿Cómo surge la posibilidad de ir a trabajar al Myra?

-Por el nacimiento de mi segundo hijo estaba de licencia en una agencia de turismo en la que trabajaba. Me puse a buscar clubes chiquitos cerca de casa para entrenar a los menores algunas horas. Me llamaron, me junté con el coordinador y me tomó para los menores, pero también me ofreció ser asistente de la Primera de varones. Me cerraba todo porque es a diez minutos de casa. Ya llevo tres años con ellos, empezamos en la C y ascendimos a la B, con un nivel de juego mucho más alto.

-¿Hay más mujeres entrenando a varones en Holanda? No es habitual…

-Somos cuatro. Alyson Annan (NdeR: la australiana que fue la mejor jugadora del mundo) dirige en Amsterdam por ejemplo. Hay que animarse a enfrentar a los varones, bancarse otros códigos y tener una comunicación más directa. Les dije que este año no me pusieran en el grupo de WhatsApp porque era un poco fuerte… Me gusta el desafío. El entrenador principal es Karel Klaver, que jugaba de delantero en el seleccionado, así que se ocupa del ataque y me deja el trabajo defensivo. Nos complementamos.

-¿Notaste algún prejuicio por ser mujer?

-No. Solamente tuve un cruce con un jugador por una indicación técnica. Me dijo que era de otra época… Pero le hice saber que había estado parada en ese lugar. Y que había jugado en un nivel más alto que el suyo. La diferencia es la comunicación. Tengo un montón de cosas por aprender. Cuesta más por ser en otro idioma.

-¿De qué entrenadores sacaste más cosas para usar ahora?

-Todos los que tuve me dejaron cosas que aplico. Y otras que no nunca voy a hacer… Cuando era chica, en Ciudad aprendí con Carlos Castaño, que me enseñó la técnica individual y me insistió en la corrección de los detalles. Después aprendí con Cachito Vigil la dinámica de entrenamiento, cómo motivar a un grupo y cómo buscar el crecimiento.

-¿Se puede formar una Rognoni?

-¿Qué viene a ser una Rognoni?

-Fuiste la mejor jugadora del mundo en el 2002. Como defensora siempre te destacaste por tu técnica, visión de juego y mentalidad ganadora. Llevabas al equipo para adelante. 

-Yo siempre me sentía segura en la cancha y nada me destruía mentalmente. Ahora me doy cuenta de que lo emocional es importante en un jugador. Que influyen los factores externos. El talento natural te da un plus pero es necesario trabajarlo. Nunca vas a tener 16 talentos en un seleccionado. Pero se pueden hacer grandes jugadores. De esa forma llegaron Las Leonas…

-¿Te ves como entrenadora de Las Leonas?

-Me imagino dirigiendo en Argentina. Me animo a hacerlo. No descarto dirigir a Las Leonas, pero lo veo imposible a corto plazo y me entretengo más con los varones. Por mi manera de ser me entiendo más rápido con ellos. Los puedo putear de una… En el grupo de Las Leonas todavía siguen algunas chicas que jugaron conmigo. Pienso ir a Bélgica a visitarlas cuando vayan de gira. Siento a Argentina como mi equipo.

-¿Qué sentiste como espectadora en el Mundial?

-Me dieron ganas de entrar. Me quedaron ganas de jugar un poco más porque me tuve que ir por una lesión. Eso siempre va a estar como un sabor amargo. Igual me deja tranquila haberlo intentado (NdeR: en el 2010 fue convocada por Carlos Retegui en la previa del Mundial de Rosario, después de seis años sin integrar el equipo, pero jugó un par de amistosos y se bajó por las rodillas). En los playoffs por el ascenso con el Myra tuve la misma adrenalina que cuando jugaba. Lástima que para los entrenadores no existe forma de descargar…

Fuente: Olé

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